INICIATIVA LOCAL DE PAZ:
TEJIENDO SABERES PAZ
Colombia es un país de variadas realidades producto de una población ampliamente multicultural. Sin embargo, lo que podría ser una oportunidad para compartir maneras de ver el mundo, propuestas, enfoques, experiencias y enriquecernos como sociedad, en nuestro país se ha establecido como sinónimo de división, conflicto, prejuicios y desentendimiento. Como parte de los cambios que tendrá que traer el fin del conflicto armado para acabar con las dinámicas guerreristas de la sociedad, está impulsar un mayor diálogo entre las distintas culturas para crear redes entre ellas y unirlas, desde su diferencia, por un país diverso y tolerante. Un país donde la diferencia sea vista como una riqueza y no como un problema.


Está latente la posibilidad de tener una generación nacida en un país en guerra por primera vez en muchos años. Esta generación deberá mantener y fortalecer los cambios positivos que vendrán con la terminación del conflicto armado. Sin embargo, antes de esa generación por nacer, están los niños y niñas que hoy viven la guerra con la esperanza de poder verla acabar. Con ellos, el reto es distinto. Con los niños y niñas que hoy viven en Colombia tenemos la responsabilidad de mostrarles que el cambio es posible, que esas dinámicas de guerra que han observado a su alrededor y que incluso han llegado a interiorizar no son ni deben ser perpetuas. Tenemos la responsabilidad de mostrarles que ese mundo violento en el que nacieron puede y va a cambiar, y que ellos deben ser parte de ese cambio. Desde esta perspectiva se trabajó una de las iniciativas locales de paz en Engativá, que buscó el dialogó intercultural de los niños y adolescentes urbanos e indígenas como herramienta para cohesionar el tejido social de comunidades históricamente aisladas y desentendidas.
Las actividades empezaron con talleres interdisciplinarios que unieron la psicología con la historia y el arte para crear en los niños, niñas y adolescentes entendimientos básicos sobre memoria histórica, el pasado de nuestro país y las realidades de quienes lo habitan. Además, se concientizó sobre las distintas revoluciones pacíficas que se han dado en el mundo para demostrar que es posible luchar por la justicia y los derechos de las personas sin tener que recurrir a la violencia. En otros momentos, con la realización de obras de teatro, proyectos artísticos, charlas con el cabildo Muisca y actividades psicosociales se puso a los niños en los zapatos de los campesinos, indígenas, afros y desplazados para que reconocieran y entendieran las raíces de la gente con quien comparten el territorio del Distrito Capital y nacional. Además, se buscó dar lineamientos sobre porque existe un conflicto armado de más de 50 años que ha afectado estas comunidades.




Después de estas primeras etapas y con un entendimiento mayor sobre las diferentes comunidades del país, se llevó a cabo el encuentro entre los niños, niñas y adolescentes de la localidad con los del cabildo indígena de Cota. En el encuentro se consolidó un intercambio de saberes y regalos entre las dos comunidades con un sentido de solidaridad presente durante todo el encuentro. El cabildo Muisca quedó sorprendido y agradecido con el entendimiento que los niños y niñas de Engativá tenían sobre las costumbres, necesidades, dificultades y pensamientos que tienen las comunidades indígenas e incluso argumentó que ellos tenían mayor conocimiento y admiración por los indígenas que los mismos habitantes del cabildo debido al desarraigo cultural que está afectando a estas comunidades.
Al final, fueron alrededor de 80 personas entre talleristas, adultos, indígenas, niños, niñas, adolescentes y padres de familia que se vieron vinculados directamente con la iniciativa. Distintos sectores de la localidad expresaron su voluntad para continuar trabajando con la metodología planteada desde otros sectores poblacionales de la ciudad. En Engativá se sembró una semilla por la paz que la comunidad debe ayudar a germinar para continuar generando una cultura de paz entre los niños y así asegurar un fin del conflicto duradero, sostenible e integral.