INICIATIVA LOCAL DE PAZ:
CASA CULTURAL BACHUE
En medio de todo lo que se ha planteado en los diálogos de la Habana y la construcción de paz hay una cosa que esta clara, el proceso debe hacerse desde los territorios, desde las comunidades y desde la base. La multiculturalidad característica de nuestro país obliga a construir desde la diferencia y no desde un discurso homogéneo que pretenda desconocer las distintas realidades que existan en el país. El conflicto no ha sido el mismo en los distintos territorios afectados; las consecuencias, necesidades, víctimas e implicaciones de la guerra han sido distintas para cada comunidad. Por esto, a la hora de pensar en reparación y paz, es necesario un enfoque diferenciado que identifique las distintas afectaciones y proponga, con el mayor alcance posible, soluciones específicas a cada problemática. Esto fue lo que intentamos hacer con las iniciativas locales de paz y los encuentros territoriales, darle la llave a la comunidad para que desde esta se construyeran soluciones cercanas a sus realidades y necesidades. En Engativá, se le dio un fuerte enfoque a esta premisa y se trabajó por crear nuevos discursos que fortalezcan la identidad local, el tejido social y el compromiso de los individuos con su comunidad.



Parte de la iniciativa consistió en desarrollar un medio de comunicación visual alternativo juvenil, que representara la visión de estos dentro de su sociedad. Centrado alrededor del arte urbano y expresiones alternas a las que se manejan en los medios masivos de comunicación, lo jóvenes de la comunidad se organizaron en comités que desarrollaron la imagen, el contenido y la distribución del nuevo medio. Además se realizaron talleres que giraron alrededor de otras expresiones juveniles como el grafiti e incluyeron clases de caracteres, técnicas de ilustración, técnicas en aerosol y vinilo entre otras. En la primera edición, gran parte del contenido giró alrededor del segundo elemento de la propuesta: la apertura de la Biblioteca Comunitaria.
La biblioteca, además de servir como espacio para le educación de la localidad se estableció como un espacio de convergencia, alrededor del cual se comparten experiencias y se trabaja por la cohesión del tejido social. Jóvenes y adultos se comprometieron a mantener la biblioteca y crear actividades para mejorarla.
Con la creación de un mural y un evento de apertura que reunió aproximadamente a 100 personas se cerró la iniciativa. Gracias a las actividades, los jóvenes de la localidad entendieron que la localidad también es de ellos y tienen el derecho a encontrar sus espacios dentro de esta. Abriendo y apoyando estos espacios se impulsó el sentido de pertenencia dentro de la comunidad, logrando una localidad más unida y dispuesta a trabajar junta por lo que antes veían con indiferencia y ahora entienden como propio. Crear espacios de pertenencia, participación y socialización es una manera de trabajar por unas condiciones reales para la paz y la convivencia pacifica en las localidades.